Ampliación de la Noticia: La desaparición del matrimonio

13 Julio 2004

Volumen 6 / Número 25

Estimados amigos:

Pocos de ustedes, nuestros lectores, necesitan ser convencidos que el matrimonio – un vínculo para toda la vida entre un hombre y una mujer- está siendo permanentemente atacado.

Hoy les escribo más bien para llamarlos a la acción: llame hoy mismo a dos senadores que representen a su jurisdicción y pídales que voten por la Enmienda Federal del Matrimonio.

Debemos enmendar la Constitución de los Estados Unidos, y poner la sólida institución del matrimonio más allá del alcance de los jueces para siempre. De otra manera, estos tiranos de toga negra nos forzarán no sólo a reconocer, sino a subsidiar las uniones homosexuales, haciendo muy vulnerables a nuestros niños.

Steven W. Mosher

Presidente

Ampliación de la Noticia: La desaparición del matrimonio

Alguna vez fui antropólogo y practiqué esa extraña y casi extinguida subdisciplina de la sociología que estudia los patrones sociales de sociedades primitivas. Efectivamente, hay una variada de gama de patrones sociales y culturas exóticas que pueden ser encontradas en estos grupos marginales y en las cientos de etnografías que han sido escritas a menudo haciendo muy interesante esta lectura.

Al mismo tiempo, hay sorprendentes puntos comunes que permanecen  subyacentes en todas las culturas y en todas las épocas.  Unas de ellas es el matrimonio como una institución exclusivamente heterosexual. Ciertamente, hay diferentes tipos de familia, desde las familias nucleares hasta las familias extendidas incluyendo varias generaciones y varios grados de afinidad. Sin embargo, todas ellas están construidas alrededor de una relación que puede proveerle la continuidad en el tiempo: el vínculo fecundo de un hombre y una mujer. 

Si determinado grupo humano adopta la homosexualidad como la pauta principal sobre la cual se organiza la sociedad, ésta desaparecerá indefectiblemente. Dicha sociedad no podría existir por mucho tiempo, excepto en la imaginación de los activistas homosexuales. Fallaría al no poder otorgarle a esa sociedad imaginaria del propósito más fundamental: reproducirse a sí misma.

Las sub-culturas homosexuales son por lo tanto necesariamente predatorias, perpetuándose a sí mismas existiendo furtiva y parasitariamente en la sociedad heterosexual que las alberga. La demanda hecha por los activistas homosexuales de que sus uniones no sólo reconocidas sino también validadas por el Estado deben ser vistas como parte de una recurrente estratagema.  Si el matrimonio entre homosexuales es permitido, luego esto expondría a nuestros niños. Las tendencias sexuales normales serían equiparadas con una amplia variedad de conceptos homosexuales.

Recuadro:

Las sub-culturas homosexuales son necesariamente predatorias y existen furtiva y parasitariamente en la sociedad heterosexual que las alberga.

El actual deterioro de la familia ya viene ocasionando que la mitad de los niños nacidos en los 90 pasen al menos una parte de su niñez en hogares de un solo padre1. Como sabemos, en la mayoría de los casos, estos niños son carentes de un modelo de roles masculinos, lo cual los hace bastante vulnerables al avance de la influencia de los homosexuales adultos.

Si el matrimonio entre personas del mismo sexo es legalizado a nivel nacional, las escuelas públicas se llenaran de historias tales como Heather tiene dos mamás. Se enseñará en los cursos de ciencias sociales que la definición tradicional de matrimonio como vínculo entre un hombre y una mujer es pasada de moda, obsoleta e intolerante. Las uniones hombre/hombre y mujer/mujer serán proclamadas como el modelo para el futuro, iguales o mejores que el matrimonio tradicional. Los adolescentes confundidos acerca de su sexualidad – y ahora los hay muchísimos- serán particularmente vulnerables.

Un mundo de familias destrozadas habitado por millones de adolescentes aislados y no bien formados será el paraíso para los predadores homosexuales. Pero será al mismo tiempo un infierno para vivir.

La mayoría de la población norteamericana nunca aprobaría los matrimonios entre personas del mismo sexo en las urnas. No obstante,  estamos muy cerca de tenerlos por imposición de nuestras cortes federales. Esta situación se evitaría con la Enmienda Federal del Matrimonio que pondría a la institución matrimonial más allá del alcance de las cortes federales. Una sana doctrina jurídica establece que la familia y el matrimonio pertenecen al núcleo de la existencia humana y preceden en el tiempo al Estado. Por lo tanto, no es el Estado quien debe regir en estos asuntos sino más bien debe adecuarse para asegurar su autonomía y desarrollo.  

Como ha escrito el Presidente Bush, quien apoya fuertemente la Enmienda Federal del Matrimonio, cuando los jueces insisten en imponer su deseo en la población, la única alternativa que les queda es una enmienda en la Constitución, la única ley que las Cortes no pueden dejar de reconocer. Una enmienda constitucional no debería nunca emprenderse a la ligera, menos cuando es para defender el matrimonio, nuestra nación no tiene otra opción.

El matrimonio es un vínculo que constituye un aspecto humano muy importante y es precisamente lo que está en peligro en este asunto. La unión de un hombre y una mujer en el matrimonio es la institución humana más importante y perdurable, y las leyes hoy día tienen la opción de promover el respeto o el no respeto a esta institución.

Recuadro:

la familia y el matrimonio pertenecen al núcleo de la existencia humana y preceden en el tiempo al Estado. Por lo tanto, no es el Estado quien debe regir en estos asuntos sino más bien debe adecuarse para asegurar su autonomía y desarrollo.  

Si las leyes enseñaran que el matrimonio es una obligación sagrada de un hombre a una mujer y viceversa, que es la base de una sociedad ordenada, que además es la promesa definitiva de una vida en búsqueda del bienestar del cónyuge, eso fortalecería la institución matrimonial. Si las Cortes crearan su propia definición de la institución matrimonial como un mero contrato legal, desarraigarían el matrimonio de sus raíces naturales, culturales y religiosas. Se perdería el significado del matrimonio y la institución se debilitaría. La Corte de Massachussets, por ejemplo, se ha referido al matrimonio como un paradigma que evoluciona. De esa manera, el mensaje para la siguiente generación es que el matrimonio no tiene un significado perdurable, y que los años de años de enseñanza moral y experiencia humana no tienen nada que decirnos acerca de esta institución.

En todas las culturas, los seres humanos hemos entendido que el matrimonio tradicional tiene una importancia crítica para el bienestar de las familias. Y dado que las familias trasmiten los valores y el carácter de las personas, el matrimonio tradicional también tiene una importancia crítica para la salud de toda la sociedad. Las políticas públicas deberían apuntar a fortalecerla no a minarlas. Cambiando la definición de lo que entendemos como matrimonio tradicional socavamos la estructura familiar2. Esto es precisamente lo que los homosexuales tienen en mente.

Por favor llamen hoy mismo a dos senadores que representen a su estado, y pídanles que voten por la Enmienda Federal del Matrimonio. El número es  1(202) 224-3121.

Steve Mosher

1 Robert Rector, Melissa G. Pardue, Lauren R. Noyes, *Marriage Plus:

Sabotaging the President’s Efforts to Promote Healthy Marriages,* The

Heritage Foundation, Backgrounder No. 1677, 22 August 2003.

2 President’s Radio Address on Marriage, 10 July 2004.

Nota de redacción: Resultado de la votación

La votación en el Senado de USA para proponer una enmienda constitucional federal sobre el matrimonio se perdió. Es lamentable esto, pero se sabia que no teníamos los votos necesarios. Sin embargo, la guerra continúa. Este es sólo el primer paso. La votación fue sobre un asunto de procedimiento esencial y se perdió ajustadamente por 50 a 48 votos, el 14 de julio. Seguramente habrá algún momento más propicio en el futuro.

En otra votación en la Cámara de Representantes, una semana después, se aprobó la Ley de Protección al Matrimonio (Marriage Protection Act). Es una victoria importante, pero el Senado tendrá que aprobarla también. El efecto práctico de esta ley sería prohibir a las cortes federales exigir que un estado reconozca la validez de un “matrimonio” entre personas del mismo sexo de otro estado.

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